El 30 de mayo de 2025, el líder de Estados Unidos, Donald Trump, comunicó su plan de incrementar los aranceles sobre las importaciones de acero, pasando del 25% al 50%. Esta declaración se llevó a cabo durante un evento en la planta Mon Valley Works-Irvin de U.S. Steel ubicada en West Mifflin, Pensilvania, con el objetivo de reforzar la industria del acero nacional ante la competencia del exterior.
Trump defendió la decisión como un modo de salvaguardar la seguridad nacional y garantizar la autosuficiencia industrial de Estados Unidos. Afirmó que la elevación de aranceles evitaría que otras naciones eludan las normativas comerciales de Estados Unidos y subrayó que la medida se implementará la semana entrante.
Este incremento arancelario coincide con el anuncio de una inversión de 14.000 millones de dólares por parte de la empresa japonesa Nippon Steel en U.S. Steel. Aunque inicialmente Trump se opuso a la adquisición de U.S. Steel por parte de Nippon Steel, ahora respalda una asociación que mantiene el control estadounidense sobre la empresa mediante una «acción de oro» y una junta directiva mayoritariamente estadounidense.
La decisión de aumentar los aranceles ha generado diversas reacciones. Los trabajadores de la industria siderúrgica han recibido la noticia con entusiasmo, ya que se espera que la medida proteja empleos y fomente la inversión en plantas nacionales. Sin embargo, sectores que dependen del acero, como la construcción y la manufactura, expresan preocupación por el posible aumento de costos y la inflación resultante.
En el contexto global, naciones que venden acero como Canadá, México, Brasil y Corea del Sur podrían ser impactadas por la decisión. Aunque China constituye una parte menor de las importaciones de acero estadounidenses, continúa siendo un enfoque en la estrategia comercial de Trump debido al exceso de producción mundial y a los precios reducidos del acero chino.
La política arancelaria de Trump ha sido objeto de desafíos legales. Recientemente, un tribunal federal declaró ilegales algunos de sus aranceles anteriores por exceder las competencias ejecutivas, aunque esta decisión no afecta directamente a los aranceles al acero. La administración Trump ha apelado la sentencia y continúa defendiendo su enfoque proteccionista.