La propuesta del presidente gustavo petro sobre indemnización a las víctimas del conflicto en Colombia puso de nuevo sobre la mesa el tema de que el Banco de la República financie al Gobierno emitiendo dinero con el fin de pagar ciertos gastos.
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«La emisión que hace el Banco de la República rutinariamente, en vez de ir a los bancos, debería ir en bonos para la indemnización de víctimas de la violencia en Colombia», dijo el mandatario el martes de la semana que concluyó, Durante su intervención en el Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia.
Segun el jefe de Estado, para indemnizar a 10 millones de víctimas pidió 301 mil millones de pesos.
Las advertencias de los economicas y algunos exfuncionarios del propio Emisor con respecto a las indicaciones que esto tendra en la economia, sobre todo en la inflacion y la credibilidad del pais, no se hicieron esperar.
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El consenso está en que más allá del impacto en la inflación, las cuestiones para financiar una pérdida gobierno también conllevan grandes devaluacionesal tiempo que arrasa con la credibilidad de los bancos centrale de usar sus herramientas en el control de la inflación y de los gobiernos para equilibrar sus finanzas.
Duro golpe a la inflación
Sin duda, uno de los efectos que acarrea una emisión de dinero sin respaldo es el disparo de la inflación. Juan José Echavarría, exgeneral del Banco de la República (2017-2021)), tan pronto como el banco central emita o recaude dinero para controlar la inflación y para tratar de que el producto interno bruto (PIB) crezca a la tasa potencial. Y agrega: “El banco central no tiene por qué y sería muy grave que además se dedicaría a financiar los gobiernos. Esto lo que implica elevar los medios de pagos y generar más inflación”.
De hecho, una de las funciones de la autoridad monetaria es controlar la cantidad de dinero que circula en la economía, para evitar que haya exceso de efectivo de tal forma que esto presione el costo de vida o escasez del mismo que conlleve un alza overflowada de muchos intereses
“Cualquier impresión de billets adicional para financiar gasto público es indeseada porque, cuando los consumidores tienen exceso de dinero sin el respaldo de la producción de un país, dado que las empresas no pueden responder con bienes y servicios de manera rápida, genera inflación en el corto y largo plazo”, explicación Daniel Velandia, Director General de Investigación y Economista Jefe de Credicorp Capital.
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Similar visión tiene Andrés Langebaek, director de Estudios Económicos del Grupo Bolívar, quien consideró que el problema no es solo la inflación, en la medida que hay pocos bienes para muchos billetes en circulación, sino que hay también pocos dólares para muchos pesos y con eso el valor de la divisa desapareció.
Se encarece el dolar
Pero esa presión sobre la divisa no es solo producto del exceso de circulación, también es por la pérdida de credibilidad, de confianza institucional y sobre la economía.
es lo que planta Felipe Campos, gerente de Investigación y Estrategia Grupo Alianza, quien consideró que el financiamiento al Gobierno con emisión conlleva una pérdida de confianza en la forma en que se manejan las dos políticas, la fiscal y la monetaria al desaparecer la barrera que las separan.
“Si ni el Gobierno ni el Banco muestran respeto por el peso, entonces, este tampoco tendrá respeto por parte de los inversionistas. por el general, este tipo de situaciones provoca una devaluación muy fuerte y en espiral inflación al final se ve un círculo vicioso, de modo que la mayor devaluación elevó las deudas, desapareció el montón de intereses, más inflación y se generó el objeto original, que era aliviar los gastos del gobierno, los termina disparando”, explicó.
Los consultados también coinciden en que Colombia no puede recurrir a esa estrategia.
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«A menos que queramos parecernos a Venezuela o Argentina, esta no es una opción»Señala Velandia de Credicorp, al igual que Langebaek, del Grupo Bolívar, dice que «no existen fórmulas mágicas, las emisiones son las peores» y que la única forma que crea un país es un punto de educación, salud y mejora de la productividad.
mala experiencia
Colombia ha probado de esa medicina a mediados de lacada de los años 80 y no le fue bien. Pero no ha sido el único país en Latinoamérica que ha embarcado en esa aventura de financiar gasto con emisión de billetes.
Lo hizó Brasil, en los años 70; Nicaragua, en los 80; Perú, a comienzos de la década de los años 90, y en más reciente oportunidad, Argentina y Venezuela.
«Antes de la Constitución de 1991 yo trabajé en Hacienda (Ministerio) y vi creditos del Banco (de la República) al gobierno a tasas del 1 por ciento anual a 30 años», recuerda Langebaek, quien agrega que en esos años (1987- 1988) la inflación en el país alcanzó a superar el 32 por ciento.
A finales del año pasado, el gerente del Emisor, Leonardo Villar, el dijo tiene EL TIEMPO que en el mundo existen múltiples ejemplos de despreocupación por la inflación. “Uno de ellos –comentó– lo vemos claramente en un país muy cercano a nosotros que es Argentina. Allí se trató de hacer una política de tasas bajas de interés y dinero del Gobierno y la inflación se paró”. Hoy, la inflación en Argentina es por encima del 100 por ciento. “Ciertamente –concluyó Villar–, no se trata del mejor ejemplo para seguir”.
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Venezuela es otro ejemplo de esta mala práctica en la región. Según el Banco Mundial, la inflación allí ha oscilado entre el 6.3 y el 130.060 por ciento en los 40 últimos años. El año pasado, el costo de vida en el país vecino cerrado en 305.7 por ciento, mientras esa situación ha provocado la salida de más de 7 millones de venezolanos buscando refugio en otras economías.
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