El rapido aumento de los costos de endeudamiento represente una amenaza mayor para las empresas en América Latina que en cualquier otro lugar de los mercados emergentes, lo que genera preocupación de que los valores predeterminados en la región es un punto de alza, según S&P Global Ratings.
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Las condiciones crediticias en América Latina ahora han resistido más rápido que en el peor de los casos de la crisis financiera de 2008, escribieron analistas encabezados por Gregoire Rycx en un informe.
Se espera que eso ponga a las empresas bajo presión hasta finales del próximo año.
«Los países latinoamericanos están soportando el aguante de las condiciones financieras más severas vistas en la historia reciente», escribieron los analistas.
El hueso valores predeterminados puede aumentar rápidamente en Brasil, hay que la empresa todo depende de la deuda de tasa flotante, cuyo servicio se vuelve más costoso a medida que aumentan las tasas de interés.
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Los encargados de formular la política monetaria han elevado la tasa Selic en 11,75 puntos porcentuales en los últimos dos años. Como resultado, la tasa de interés promedio que pagaron las empresas aumentó de 6.9% en 2021 a 7.9% el año pasado, lo que ya está aumentandodo las ganancias y las métricas crediticias, dijo S&P.
Tanto hasta ahora solo hay «señales debilitantes» de tensión en la mayor economía de la región, S&P es un coro de inversionistas y analistas que auguran un shock crediticio incipiente en el país.
El default del minorista americano ha causado conmoción en los mercados crediticios nacionales, al tiempo que los prestamistas vuelven cada vez más selectivos y se congelan las nuevas emisiones.
Las empresas en Chile y Colombia, países que Durante mucho tiempo tuvieron entornos de tasas de interés relativamente bajas y estables, enfrentaron los riesgos inmediatos más agudos, según S&P.
Los bancos centrales allí han subido las tasas a 11,25% y 12,75%, respectivamente, lo que dificulta que las empresas administren sus cargas de deuda.
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«La verdadera preocupación es que podría surgir estrés crediticio si los emisores no pueden refinanciar su deuda», escribieron los analistas.
“En estos casos, los incumplimientos se ven inevitables en los medios de que las estructuras de capital se ajusten a los nuevos costes de financiación planteados”.